La Ansiedad. Mi gran enemiga y fiel compañera.

Aunque la Ansiedad sea parte de la vida, nunca dejes que ella controle tus movimientos – Paulo Coelho

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Todas las personas saben lo que es sentir Ansiedad. Los hormigueos en el estómago ante una cita, la tensión cuando tu jefe está enfadado, tu corazón latiendo si sientes peligro. En estos casos estos síntomas de Ansiedad incitan a actuar y son funcionales. Nos anima a enfrentarnos a situaciones amenazadoras, nos hace estudiar para ese examen o nos mantiene alerta cuando damos un discurso. En general, estos síntomas nos ayudan a enfrentarnos a múltiples situaciones.

Pero si uno sufre de Trastorno de Ansiedad, esta emoción normalmente útil puede dar un resultado precisamente contrario. Evitar que nos enfrentemos a situaciones y limitando nuestra vida diaria.

Trastorno de Ansiedad. Síntomas y Consecuencias.

Un Trastorno de Ansiedad puede hacer que nos sintamos angustiados casi todo el tiempo sin ninguna causa aparente. Los síntomas de la Ansiedad pueden ser tan incómodos que, para evitarlos, hasta suspendamos alguna de nuestras actividades diarias. Los síntomas pueden ser tan diversos que a veces cuesta reconocerlos. Sudores, palpitaciones, dificultades para respirar, vértigos, ataques de pánico, pérdida de la realidad, migrañas, etc.

A muchas personas les cuesta comprenden que es la Ansiedad y piensan que superar sus síntomas solo es cuestión de voluntad. Querer que los síntomas desaparezcan no es suficiente pues en la mayoría de ocasiones ni los tratamientos farmacológicos lo consiguen. Esto genera una gran angustia en las personas que lo padecen.

Muchas personas se ven obligadas a limitar diferentes aspectos de su vida por miedo a sufrir un nuevo ataque de Ansiedad. Otras aprenden a normalizar la Ansiedad con fármacos. Limitan así su vida evitando cualquier situación que les produzca el mínimo síntoma y esto les genera una gran soledad. La incomprensión y el miedo al juicio de los demás les impide compartir su angustia. No son conscientes de la gran fuerza interior que desarrollan para combatir esta situación. Convivir con ello es insoportable. Por ello, muchas veces aparece la depresión tras la sensación de impotencia e inadecuación, sumando así un diagnóstico de depresión a esta situación.

Ansiedad. Un caso Real.

Hablar de Ansiedad es fácil para un psicólogo, puede considerarse uno de los trastornos más frecuentes dentro de la psicología. Por tanto conocer sus causas y tratamiento es imprescindible para nuestra profesión.

En mi caso la Ansiedad no es un trastorno ajeno y desconocido. La Ansiedad ha sido mi Gran Enemiga y Fiel Compañera durante muchos años. He convivido con ella, hemos discutido, ha evolucionado en mí de múltiples maneras pero siempre siendo ella: una Gran Enemiga resistente a dejarme y fiel a acompañarme en todas las etapas y experiencias de mi vida.

Durante años no conocí una forma distinta de enfrentarme a experiencias nuevas, transportes públicos, viajes, personas nuevas, etc. Todo ello me provocaba una variación de síntomas y pensamientos recurrentes que me limitaban y me impedían hacer aquello que me ilusionaba. En definitiva, que me amargaban la existencia por momentos.

Hubo épocas en que tiraba la toalla. Dejaba de hacer aquello que me ilusionaba, evitando a toda costa sentir la punzada constante de mi Fiel Compañera. Su presencia me atormentaba, me angustiaba y lo peor, me sumía en una gran soledad. Me daba vergüenza compartir su existencia con mi entorno pues no sabía cómo explicar su razón o el motivo de su aparición. Lo que más me angustiaba de todo era no conocer las causas de mi Ansiedad, no saber el porqué. Aún así, aprendí a convivir con ella. Nos hicimos compañeras de viaje y aprendí a domarla lo suficiente para que mis limitaciones fueran las mínimas. Solo tardé 10 años de mi vida en acostumbrarme, que gran ironía.

Llegados a ese momento creí tenerlo todo controlado. Estaba tan automatizada y me había costado tanto conseguir estos mínimos que no lo vi venir. Mi Fiel Compañera solo estuvo adormecida bajo la alfombra. Era solo un engaño, una ilusión pasajera. Mi Gran Enemiga esperaba el momento oportuno, cuando bajara la guardia, para aparecer cuando la decisión ya no era mía. Y así es la vida, cuando nuestro alrededor se desmorona sin control ninguno y sin bases sólidas donde apoyarnos, ella se convierte en la protagonista. En esos momentos, quieres gritar y pedir ayuda pero la vergüenza se apodera de ti.

Terapia Ansiedad. Tomar la Decisión.

Llegados a este punto solo hay dos caminos, la resignación y el aislamiento o pedir ayuda psicológica.

Yo tomé la decisión que me resultó ser más difícil: buscar Tratamiento para mi Ansiedad. Esto implicaba elegir un buen psicólogo/a especialista en Ansiedad (era irónico pues yo era una profesional y nosotros creemos saberlo todo :P). Mi Psicóloga me ayudó enormemente, me acompañó abriendo puertas y cerrando ventanas en un torbellino de miedos y experiencias dolorosas de mi vida. No recuerdo haber sufrido tanto como en aquellos momentos que compartimos en su salón. Pero también recuerdo la sensación de alivio y comprensión que tanto significaron para mí. Llevar a cabo aquella Terapia para solventar mi Ansiedad salvó mi futuro y me dio fuerzas para ayudar a otros.

El Sentido de la Ansiedad. Conocer su Objetivo.

¿Cómo conseguí superar la Ansiedad? Existen múltiples modelos y tratamientos, pero para mí fue clave el enfoque de la Terapia Familiar Sistémica. Junto a este enfoque y mis años de experiencia acabé elaborando un MÉTODO PROPIO para ayudar a otras personas a superar la Ansiedad en menos de 20 sesiones.

Comprender mis relaciones familiares, mi desarrollo en la infancia y adolescencia y como fui superando cada etapa me dio la comprensión que necesitaba. Pero, sobretodo entender que la Ansiedad tenía un objetivo en mi vida, fue crucial. Ella me mandaba mensajes a gritos porqué yo no supe escuchar antes aquello que no funcionaba bien en mi vida. Descubrir lo que era y ponerme a la acción para cambiarlo me permitió superarlo. Mi Fiel Compañera se marchó, así, sin más, sin ni siquiera despedirse. Simplemente fue pasando el tiempo y no volvió a aparecer.

Siempre he pensado que si después de tantos años no ha vuelto es que ya no tiene nada más que decirme. Seguramente he aprendido todo lo que tenía que aprender para enfrentarme a la vida con nuevas herramientas y con una versión de mi misma mejorada. Esto me hace sentir bien y confiada, ahora ya puedo decir que no tengo miedo de mi misma.

Superar la Ansiedad. Recorrer tu Camino.

Superar la Ansiedad implica moverse, no dejar que la misma te paralice y sobretodo nunca dar un paso atrás. Si tienes miedo, bien, pues hazlo con miedo, ¡pero hazlo!. Éste fue siempre mi lema y el que intento inculcar a mis pacientes. La principal limitación de la Ansiedad es que el miedo te paraliza y cada vez los miedos son mayores y más variados. Te haces pequeño/a y te limitas cada día un poco más. Por tanto, el principal objetivo es no dar marcha atrás aunque esto implique buscar un camino alternativo.

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Acerca del Autor:

Mi nombres es Carolina soy Psicóloga y Coach. Gracias a mi experiencia y mi formación me he especializado en el Tratamiento para librar a las personas de la Ansiedad y ayudarles a recuperar la confianza en sí mismas en menos de 20 sesiones y a través de un MÉTODO PROPIO.

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One Comment

  1. Sandra 25/09/2018 at 12:29

    Artículo inmejorable Carol! En ese camino ando contigo!!! Te veo la semana que viene y NI UN PASO ATRÁS aunque cueste!

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