Coronavirus. Cómo reforzar tu Autoestima
Los Pilares de la Autoestima
Según el Dr. Nathaniel Branden, psicólogo y psicoterapeuta especialista en psicología de la autoestima, existen dos pilares fundamentales en los que se forja nuestra autoestima:
La eficacia personal, entendida como la creencia que tenemos en nosotros mismos para poder gestionar los problemas, los conflictos, las relaciones con los demás y en general nuestra vida. Es decir, la eficacia personal es la confianza en mi mismo para poder comprenderme, gestionarme y actuar en consecuencia con ello.
El respeto a uno mismo, definido como la reafirmación de mi mismo. Cómo mi derecho a vivir y ser feliz. La capacidad de validar mis pensamientos, sentimientos y necesidades como derechos naturales.
Pongamos un ejemplo. Si una persona se sintiera incapaz de enfrentarse a los problemas que se le presentan o si le faltara la confianza en su inteligencia, reconoceríamos de seguida que tiene una baja autoestima, al margen de que tenga otras cualidades ¿no?. O, por otro lado, si una persona no se respetase a si misma, o se sintiera indigna o poco merecedora de amor o del respeto de los demás, de nuevo veríamos esa baja autoestima de la que muchos adolecen, ¿verdad?.
“La eficacia personal y el respeto a uno mismo son los pilares básicos de una autoestima saludable; si falta uno de ellos, la autoestima se deteriora”.
Autoestima
Existen múltiples definiciones de autoestima, pero para mí se podría resumir en: sentirme capaz de enfrentar las situaciones que la vida me presenta y reconocerme el derecho a ser feliz siendo yo mismo.
En la situación que estamos viviendo es natural sentirnos inseguros en algún momento o dudar de cómo y cuándo se solucionará esta situación. En general, todos podemos estar algo asustados: ¿tendré trabajo? ¿alguien de mi familia se enfermará? ¿podré gestionar el cuidado de los niños y el trabajo durante tanto tiempo? Éstas, entre otras preguntas, son las que pueden estar invadiendo nuestra mente durante estos días.
No obstante, si nos atendemos a las definiciones anteriores, tener una buena Autoestima no es cuestión de “no dudar” o hacerse estas preguntas. Éstas pueden surgir en nuestra mente en cualquier momento. Tener una autoestima saludable significa poder gestionar estas preguntas teniendo fe en nosotros mismos y en nuestra capacidad para enfrentar cada problema que nos presenta la vida.
En general, en algún momento de la vida todos hemos pasado una crisis, una mala época o vivencias difíciles. Y si ahora miras en retrospectiva puedes preguntarte ¿salí de aquello? ¿me repuse? ¿qué hice para solucionarlo? Seguramente las respuestas a estas preguntas sean más positivas de lo que quizás esperabas que fueran.
Todos los pacientes que acaban en la consulta de un psicólogo tienen un reto con la mejora de su autoestima, al margen del problema que les lleva a consulta. En muchas ocasiones, verbalizan cuestiones como: “Pedro si tiene una buena autoestima. Ojalá yo pudiera ser como él”. Quien dice Pedro dice cualquier otro nombre; y es que siempre hay alguien que lo “hace mejor que el que se sienta en mi consulta”. Es curioso, estas personas suelen creer que la autoestima es algo con lo que se nace. Nada más lejos de la realidad. Al final, el peso de la genética en nuestra autoestima es un escaso 30%. ¡Imagínate! Tienes todo un 70% que depende absolutamente de ti y de la atención que prestes a tu cuidado emocional.
Refuerza tu Autoestima
Mejorar y reforzar la Autoestima es una cuestión de constancia y perseverancia. Seguramente llevas toda tu vida pensando, hablando y comportándote de tal manera que has ido perjudicando la confianza en ti mismo y ni siquiera te has dado cuenta de ello. Por tanto, lo primero que tenemos que lograr es ser conscientes de qué provoca en mí una baja autoestima, para después ir modificando cada uno de esos pensamientos, comportamientos y sentimientos.
Respecto a la situación actual, veamos algunos ejemplos de falta de confianza en uno mismo y la forma de poder revertir la situación:
Esfuérzate en detectar cuando estás DRAMATIZANDO, COMPARÁNDOTE CON LOS DEMÁS O BUSCANDO SU APROBACIÓN. Cuando detectes un pensamiento o comportamiento en este sentido ¡PÁRALO! Y esfuérzate en cambiarlo como te he sugerido en los párrafos anteriores.
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