Crisis del Coronavirus. Cómo Gestionar la Ansiedad
Las formas de la Ansiedad
La Ansiedad es como un camaleón, puede adoptar muchas formas distintas en función de las amenazas que percibimos en el ambiente. Según el psiquiatra David D.Burns, famoso por sus libros como Sentirse Bien, la Ansiedad puede adoptar las siguientes formas:
Miedos y fobias: en estos casos se puede tener miedo a las agujas, la sangre, las alturas, los ascensores, a conducir, etc.
Ansiedad por la actuació: la persona se queda paralizada siempre que tiene que hacer un examen, actuar o hacer algo delante de otras personas.
Ansiedad por hablar en público: cuando el sujeto se pone nervioso al tener que hablar ante un grupo porque se dice a sí mismo: “Temblaré y todos lo verán. Se me quedará la mente en blanco, etc.”.
Timidez: cuando una se siente nerviosa y apurada en las reuniones sociales porque se dice a sí misma: “todo el mundo parece encantador y relajado. Pero yo no tengo nada interesante que decir. Lo más probable es que me den de lado porqué piensen que soy diferente a ellos. ¿Por qué tengo que ser así?”.
Agorafobia: si existe miedo al estar fuera de casa porqué piensas que le va a pasar algo terrible (que va a sufrir un ataque de pánico, quizás) y que no habrá nadie que pueda ayudarle.
Obsesiones y compulsiones: si le acosan pensamientos obsesivos que no puede quitarse de la mente e impulsos compulsivos de realizar rituales supersticiosos para controlar sus miedos. Por ejemplo, puede que le consuma el miedo a los microbios y que tenga el impulso irresistible de lavarse las manos una y otra vez, todo el día.
Trastorno de estrés postraumático: en los casos en que le acosan los recuerdos o imágenes de algún suceso terrible que sucedió hace meses o años: una situación de malos tratos, bullying, abandono o cualquier situación o vivencia que la persona haya vivido de forma muy angustiada. Esto hace que evite aquellas situaciones que le recuerdan al hecho traumático.
Preocupación por el aspecto físico (trastorno dismórfico corporal): si le consume la sensación de que su aspecto tiene algo de grotesco o de anormal a pesar de que sus amigos y su familia le intenta tranquilizar diciéndole que tiene un aspecto normal
Preocupaciones por su salud (hipocondría): al ir de médico en médico quejándose de molestias, dolores, fatiga, mareos u otros síntomas (o evita los médicos precisamente por el miedo de que le de un diagnóstico negativo). La persona está segura de que padece alguna enfermedad terrible.
Preocupación crónica: si existen preocupaciones constantes por su familia, su salud, su carrera o su economía y esto le produce síntomas somáticos como si se le revolviera el estómago y tiene la impresión de que está a punto de pasarle algo malo.
Ataques de pánico: la persona siente ataques de pánico repentinos, terribles, que parece como si aparecieran sin más y le atacaran de manera inesperada. En los ataques los síntomas físicos se desbordan y uno piensa que le puede estar dando por ejemplo un ataque al corazón y empieza a pensar por ejemplo: “no puedo respirar, ¿y si me ahogo?”. Al poco rato, la sensación de pánico desaparece de manera tan misteriosa como llegó, dejando a la persona desconcertada, asustada y humillada. Lo más probable, es que la persona se pregunte, ¿Qué ha pasado? ¿Cuándo volverá a sucederme?
De todas las manifestaciones posibles que tiene la Ansiedad, la más desconcertante suele ser el Ataque de Pánico. En estas situaciones, la persona no logra entender lo que le sucede ni el motivo por el cuál le sucede. Esto le aterra pues, se siente totalmente indefensa a la hora de poder “prever o controlar su vida para no volver a sufrir de esta manera”.
Son muchas las personas que acuden a consulta o me preguntan sobre cómo manejar algo que “desconocen”. Al final, si uno tiene ansiedad cuando sube en un ascensor es tan “fácil” como no subir a él para poder seguir gestionando su vida. Pero ¿qué sucede si no sabemos a qué tenemos miedo? La vida se puede volver muy paralizante al no obtener respuesta a esta pregunta.
¿Qué hay detrás de la Ansiedad?
Aunque nos parezca que nuestra vida es “perfecta” y que no hay ningún motivo para tener Ansiedad debemos asumir que este pensamiento no es del todo cierto. Es decir, la Ansiedad tiene un sentido y un propósito: algo en nuestra vida no funciona como necesitamos y no lo estamos atendiendo.
En general, no podemos atender aquello que no sabemos que existe. Seguramente es algo tan inconsciente y, a la vez, tan aterrador para nosotros, que por ese motivo permanece encubierto por nuestra Ansiedad. Ella es el único indicio que tenemos de que algo no va bien. Si dejamos de observarla con terror y pasamos a verla con comprensión seguramente podamos atender aquello que realmente está siendo un problema en nuestra vida.
En estos casos, la Ansiedad se convierte en un “substituto del problema real”. Quizás, mi relación de pareja no funciona del todo bien, pero me da miedo afrontar la situación con mi pareja por miedo a perderla. O puede que sienta que doy más por los demás que por mi misma y eso me hace sentir mal. Pero no me atrevo a decir “no” por miedo al conflicto o a dejar de tener la valoración de quien me rodea. O quizás, no me siento bien en el trabajo porqué el jefe me habla mal pero no me atrevo a plantearme cambiar de trabajo porqué pienso que ya soy mayor para que me cojan en otro sitio, etc.
En todas estas situaciones, el factor común suele ser que la persona valora tan negativamente hacer frente al problema, por el temor a perder algo muy significativo, que acaba negándolo para poder seguir adelante. El precio a pagar: tener Ansiedad.
Elevar la Conciencia
Existe una herramienta muy poderosa para elevar la conciencia sobre problemas que podemos estar negando y que podrían dar respuesta a la aparición de nuestra Ansiedad. Se llama la RUEDA DE LA VIDA y a continuación os voy a explicar como poder utilizar esta herramienta vosotros mismos.
Primero de todo, imprime esta imagen en un papel y luego sigue las instrucciones:
INSTRUCCIONES RUEDA DE LA VIDA:
- Tienes ante ti la Rueda de la Vida. El conjunto de sus 8 secciones o partes representan el equilibrio vital.
- Busca cuales son en tu vida los pilares básicos en que se debe apoyar para que seas feliz. Por ejemplo: Familia, Amigos, Trabajo, Finanzas, Pareja, Salud y cuidado personal, Éxito, Ocio y Diversión, Espiritualidad, Amor, Formación, Libertad, Seguridad, Apasionamiento, Autoestima, Autorrealización o Desarrollo personal, Ambiente Físico, etc. (u otros pilares que tú consideres importantes en tu vida).
- Coloca cada uno de los pilares que hayas elegido en los 8 sectores en los que se divide la rueda.
- Una vez elegidos todos puntúa de 0 a 10 tu grado de satisfacción actual en cada uno de los pilares de tu vida. El centro de la rueda representa el nivel más bajo, 0 y la circunferencia externa el más alto, 10. Pon una marca en cada una de las puntuaciones.
- Luego colorea cada área según la puntuación obtenida. Este sería un posible resultado:
- Ahora observa tu rueda y pregúntate: ¿Qué significa para ti cada una de esas áreas bajas que ves? ¿Qué hace que estén así de bajas? ¿Qué debería cambiar/mejorar para que tuvieran otra puntuación más elevada? Hazte estas preguntas por cada una de las áreas.
- Una vez hayas respondido a estas preguntas, pregúntate: ¿Hay alguna posible relación entre mi Ansiedad y lo que veo que no funciona en mi vida?
- Por último, haz un plan de mejora con acciones concretas para mejorar cada área pero empieza primero por aquella área que crees más importante o que puede estar condicionando tu Ansiedad.
¡Sigue estas pautas y verás como aprenderás a conocerte mejor y poder hacer frente a aquello que realmente no funciona en tu vida, libre de Ansiedad!
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