Ansiedad Nocturna: causas y cómo combatirla
Ansiedad nocturna
Cuando sufrimos Ansiedad ésta se puede convertir en nuestra compañera más fiel y aparecer en momentos tan necesarios para nosotros como lo es el descanso.
No sabes como, pero un día la Ansiedad se instala en tu vida y se niega a ir. Así, sin más. Quizás aprendes a gestionarla mientras estás “activo” pero una vez te relajas y pretendes descansar ella pica a tu ventana para recordarte que sigue ahí, contigo, sin abandonarte, como una amiga fiel.
Entonces, llegas a la conclusión de que solo si “estás ocupado” ella estará al margen, “controlada”, sin molestar. Y es una buena medida al principio, pero con el tiempo se convierte en un círculo vicioso: el miedo a sufrir ansiedad nocturna hace que luches por mantenerte activo y ocupado. Luego te sientes aún más agotado y aún te da más miedo “no dormir” y, por tanto, tienes más ansiedad y así, sin saber como, entras en ese bucle infernal que te desgasta y te martiriza por dentro.
No dormir bien afecta mucho a nuestro bienestar emocional. Cuando no descansamos, nos levantamos condicionados por el cansancio, el mal humor y el pesimismo. Si, además, esto se convierte en algo común en nuestra vida, es inevitable no pensar en ello cuando se acerca el momento de irnos a dormir. Por este motivo, el no descansar se convierte en ansiedad al anticipar que llegará la noche y no podremos dormir..
ANSIEDAD NOCTURNA
Sabías que...
No dormir bien afecta mucho a nuestro bienestar emocional. Cuando no descansamos, nos levantamos condicionados por el cansancio, el mal humor y el pesimismo.
¿Tengo Ansiedad nocturna?
Quizás estás leyendo este artículo y dudas si lo que sufres es Ansiedad nocturna. Pero como siempre, la ansiedad puede manifestar muchos síntomas (ver Síntomas Físicos de Ansiedad). No obstante, en el caso de la ansiedad nocturna, los síntomas físicos suelen ser bastante comunes:
- Respiración acelerada o falta de aire
- Presión en el pecho, sensación de ahogo o nudo en la garganta
- Temblores
- Sobresaltos
- Dar vueltas en la cama de un lado para otro
- Rigidez muscular o “rampas musculares”
- Sudor
- Pulso acelerado
- Palpitaciones, etc.
Cuando estos síntomas físicos aparecen de forma muy intensa pueden provocar un ataque de pánico nocturno. En estos casos, la persona experimenta un despertar repentino con una intensa sensación de miedo y terror.
Aún así, los síntomas que más nos limitan, y a la vez pasan más “desapercibidos”, son los síntomas psicológicos . Éstos surgen antes de irnos a dormir y suelen ser la principal causa de nuestra Ansiedad nocturna. De entre ellos, el Pensamiento Negativo y circular (o rumiante) suele ser el más común y difícil de cambiar: pensar que no podremos dormir, que la ansiedad está aquí otra vez, que no podemos hacer nada, etc. O, incluso, de una forma más “inofensiva”: la invasión de pensamientos aleatorios que nos mantienen en vela sin dejarnos pegar ojo.
SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS
Sabías que...
El Pensamiento Negativo y circular (o rumiante) suele ser el síntoma psicológico más común y difícil de cambiar.
Causas de la Ansiedad nocturna
Pero ¿por qué sufrimos Ansiedad nocturna?
En general, cada persona y sus circunstancias hace que la Ansiedad se manifieste en unas situaciones o en otras.
Por ejemplo, hay personas que manifiestan síntomas de Ansiedad al alejarse de su zona de confort, otras al estar con extraños o tener que sociabilizar, otras presentan fobias más específicas (como subir en un ascensor), etc. En el caso de la Ansiedad nocturna, ésta se puede manifestar por los siguientes motivos (o por varios de ellos):
Debido a la gran ACTIVACIÓN que tenemos durante el día (estar siempre ocupados). Las personas con un perfil ansioso buscan de forma inconsciente estar siempre ocupadas. Han aprendido este mecanismo para evitar pensar y de rebote, sentir. Lógicamente, no podemos estar activados todo el día, así que cuando llega la noche y nos relajamos, la Ansiedad les invade en forma de nerviosismo y pensamientos negativos.
Anticipación de catástrofes. Al llegar el descanso, llega la oportunidad también de pensar en nuestro día, en el trabajo o en nuestras relaciones. En esos momentos aparecen problemas no resueltos y podemos anticipar escenarios catastrofistas que pueden suceder. Esto vuelve a activar la Ansiedad y el malestar si no somos capaces de resolver dichos problemas.
Condicionamiento: si hemos vivido un ataque de pánico nocturno es fácil asociar la noche con la Ansiedad. Solemos creer que ha sido “ese momento” el que nos ha provocado Ansiedad y por tanto tememos que dicha situación se repita. Es por este motivo que anticipamos otra vez un escenario catastrofista y sin querer nos volvemos a provocar Ansiedad.
CONDICIONAMIENTO
Sabías que...
Si hemos vivido un ataque de pánico nocturno es fácil asociar la noche con la Ansiedad
Molestias físicas: al parar estamos más atentos a aquellas dolencias o molestias físicas que podemos sentir. En el caso de las personas que sufren Ansiedad puede ser muy difícil apartar la atención de aquello que les molesta. Esa fijación les impide relajarse y poder dormir provocando, otra vez, malestar y ansiedad.
Estrés laboral: estar sometidos a mucha tensión y carga laboral suele provoca ansiedad nocturna pues al llegar la noche la mente empieza a repasar “todo lo pendiente”. Si no sabemos gestionar la carga de trabajo, podemos entrar en una espiral negativa al no ver salida a la situación y así provocarnos una tremenda angustia.
Cómo combatir la Ansiedad nocturna
Existen diferentes estrategias o técnicas que podemos utilizar para combatir las causas de la Ansiedad Nocturna. Aún así, indicaremos a continuación una recomendación específica a cada una de las causas comentadas:
PARA LA ACTIVACIÓN
Estrategia...
Escribir un diario de emociones antes de irnos a dormir
Cada noche antes de irnos a dormir podemos registrar qué emociones hemos ido identificado durante el día y qué causas han podido tener. Aprender a identificar y gestionar nuestras emociones de forma “controlada” nos ayudará a que éstas no nos invadan por la noche de una forma no deseada.
PARA EL CONDICIONAMIENTO
Estrategia...
Sin darnos cuenta seguimos el mismo ritual al irnos a dormir y es fácil que dicho ritual nos vaya despertando las alertas del miedo
Si hemos asociado dormir “con algo malo” debemos volver a asociar dormir “con algo bueno”. Para ello deberemos crear un ritual positivo para que irnos a dormir nos parezca algo agradable. Por ejemplo, un té caliente, música relajante, un baño antes acostarnos, escuchar música relajante, un buen libro, quemar incienso, etc. Es decir, toda una serie de acciones y condiciones que nos resulten agradables.
PARA LA ANTICIPACIÓN DE CATÁSTROFES Y EL ESTRÉS LABORAL
Estrategia...
Al finalizar el día apunta en una libreta todos aquellos problemas que te preocupan o tareas que te han quedado pendientes
Una vez lo tengas, define una acción pequeña para hacer al día siguiente. El resto, recuerda que está apuntado en tu libreta y que lo tratarás una vez acabes lo primero.
PARA LAS MOLESTIAS FÍSICAS
Estrategia...
Elaborar un plan de cuidado personal que mejore tu bienestar físico.
Puedes, también, trabajar la respiración diafragmática para entrar más relajado a dormir y así destensar todo tu cuerpo.
Si trabajando estas técnicas el problema persiste no dudes en acudir a Terapia Ansiedad para empezar un proceso terapéutico que te ayude a mejorar tu situación y promocionar tu bienestar.
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