Ansiedad al iniciar un año nuevo: Causas y Recomendaciones
Finaliza un año más y, de repente, estalla la ansiedad y la urgencia por cambiar nuestra vida. Pero en el momento de reflexionar sobre ello solemos obviar “la realidad” y definimos ideales de cambio que lejos de ayudarnos a mejorar nos hunden aún más en la frustración y la negatividad.
Así empezamos el año nuevo, sintiendo de nuevo esa Ansiedad que merma nuestra Autoestima, en vez de poder desarrollar un plan de ruta que nos ayude a mejorar cualquier aspecto de nuestra vida.
Si quieres saber porqué sentimos ansiedad al empezar un nuevo año y como lidiar con ello, quédate 5 minutos con nosotras para ver si te podemos ayudar con este artículo a iniciar el año de una forma diferente.
¿Por qué sentimos Ansiedad al empezar un nuevo año?
Una de las causas más comunes por la que sentimos ansiedad es la anticipación de “escenarios negativos”. Cuando finaliza el año solemos hacer una revisión de cómo nos ha ido todo. En general, las personas que sufren ansiedad, o tienen tendencia a padecerla, suelen focalizar sus pensamientos en aquello que ha ido mal. Al hacerlo, las emociones displacenteras (como el miedo, la tristeza o la ira) les engullen impidiéndoles focalizar sus pensamientos en nuevos propósitos que les permitan mejorar su situación actual. Por tanto, el futuro empieza a vislumbrarse oscuro y negativo acrecentando, así, su ansiedad.
Por este motivo, se suele generar un bucle del que no pueden salir:
Al entrar en este bucle la persona limita sus posibilidades para encarar el año nuevo con estrategias que le permitan mejorar su situación.
ESCENARIOS NEGATIVOS
Establecer propósitos de Año Nuevo es sano o puede perjudicarnos?
Establecer propósitos en año nuevo, o en cualquier otra fecha, suele ser positivo siempre que se haga de forma saludable. Es decir, los propósitos nos tienen que ayudar a mejorar, sentirnos bien, crecer, etc. Si al establecerlos nos pedimos “imposibles” influenciados por las exigencias de la actual sociedad, seguramente lo único que lograremos es sufrir mayor frustración y, muchas veces, más Ansiedad.
En la actualidad, nuestras propias exigencias suelen exceder lo que realmente podemos abarcar. Nos planteamos vivir la vida en un nivel de perfección y logro que es inhumana. Por poner un ejemplo, si somos madres o padres nos planteamos ser “perfectos” en esta labor, a la vez que queremos desarrollarnos profesionalmente, tener un cuerpo diez, comer saludable, hacer yoga, asistir a las reuniones de padres, quedar con los amigos para fomentar nuestra individualidad, hacer algo interesante, formarnos, viajar…. Y podría seguir con la lista durante un poco más. El resumen es que “lo queremos todo” y “todo” no cabe en la vida.
Al no reflexionar sobre ello y ser conscientes de que nos exigimos imposibles, la frustración está servida y caer en un estado de indefensión (incapacidad para creer que podemos solventar la situación) la ansiedad y la depresión es altamente probable. Este es el principal motivo (fuera de la era COVID) por el que este tipo de trastornos se han ido incrementando estratosféricamente en la última década
NOS PEDIMOS IMPOSIBLES
En la actualidad, nuestras propias exigencias suelen exceder lo que realmente podemos abarcar.
Consecuencias físicas y mentales por sufrir Ansiedad
Las consecuencias por sufrir Ansiedad pueden ser múltiples, pero depende sobretodo del tiempo que se padezca este tipo de trastorno. Quizás lo más importante es comprender primero que la ansiedad en sí no es “mala”. La ansiedad es un mecanismo que se activa en nosotros ante situaciones de “estrés” que nos superan y su función es activar todo nuestro organismo para lidiar con dicho estrés.
Por ejemplo, si voy caminando por el bosque y de repente escucho un ruido que se parece a una posible amenaza, mi cuerpo se activará con toda la sintomatología física de la ansiedad: incremento del ritmo cardíaco, aceleración respiratoria, el estómago se cerrará, todos mis sentidos se agudizarán, la mente se bloqueará para atender exclusivamente lo que está sucediendo en el momento, etc. El objetivo de todo esto es NUESTRA SUPERVIVENCIA. Es decir, poder defenderos o huir ante una amenaza real.
Lo descrito anteriormente, sucede también (a pequeña escala) cuando tenemos que enfrentarnos a un examen o una entrevista de trabajo, cuando conocemos a alguien y nos enamoramos, cuando vamos a tener un hijo, etc. Es decir, gracias a la Ansiedad nos preparamos para situaciones que son importantes para nosotros o suponen una amenaza. Sin la Ansiedad MORIRÍAMOS o no lograríamos nuestros objetivos.
Pero ¿qué sucede cuando toda esta activación se da de forma continua y ante situaciones cotidianas como ir al supermercado, salir a la calle, hablar con una persona, etc.? En estos casos, el organismo activa una serie de recursos que SOLO se deberían activar de forma esporádica para situaciones especiales. Por tanto, el desgaste físico y mental de utilizar este recurso es muy negativo para nuestro bienestar afectándonos a nivel físico con problemas gastrointestinales, cardíacos, cutáneos, migrañas, etc. y emocionalmente deteriorando enormemente nuestra AUTOESTIMA.
GRACIAS A LA ANSIEDAD
Nos preparamos para situaciones que son importantes para nosotros o suponen una amenaza. Sin la Ansiedad MORIRÍAMOS o no lograríamos nuestros objetivos.
¿Cómo evitar y prevenir la ansiedad al iniciar un año nuevo?
Como hemos ido diciendo, lo fundamental es no exigirnos imposibles y practicar la aceptación. Aceptar nuestras limitaciones, la vida que tenemos, quiénes somos, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y ser coherentes con ello.
En función de eso, revisar qué cosas queremos mejorar desde la calma y la conciencia de nuestras limitaciones, y hacer pequeños planes de mejora que incluyan pasos muy pequeños que nos aseguren el “éxito de la tarea”. Con cada éxito se fortalecerá nuestra autoestima y con ella, se incrementará nuestra motivación.
Por ejemplo:
Si queremos hacer deporte y no hacemos nada, plantearnos ir cada día al gimnasio es pedir un imposible. La opción sería plantear ir máximo 2 días a la semana y si empezáramos por 1, para luego incrementarlo a 2, ¡también sería un éxito!
La frustración y la ansiedad vienen al plantearnos 5 días que no vamos a cumplir (o muy difícilmente) si no tenemos el hábito de hacerlo. Para instaurar un nuevo hábito en general necesitamos aproximadamente 1 mes para lograrlo. Va a ser mucho más fácil ser constantes si nos exigimos empezar por algo pequeño que todo de golpe.
El problema que tenemos es que queremos las cosas YA y A LO GRANDE. Con ello, el fracaso continuado está servido y con él la desilusión. Por tanto, pequeños objetivos nos pueden parecer “insignificantes” pero son estos los que nos llevarán al éxito a través de la constancia y la motivación por el logro.
Pequeños pasos pueden llevarte muy lejos.
Cualquier desajuste emocional o malestar físico puede generarte un gran sufrimiento, llegando a sentirte perdid@ o con incapacidad de recuperar tu bienestar. Acudir a terapia te ayudará a entender y manejar tu dificultad con mayor facilidad. ¡Contáctanos!
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